La última jornada de Administración organizada por la CONFER, que se celebró en el Espacio Maldonado el pasado 15 de marzo, ofreció varias herramientas que sirven para atender algunos de los temas más apremiantes para el futuro de los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, que –de hecho- se están haciendo palpables ya en el presente: la sostenibilidad económica y la unión, fusión o extinción de institutos religiosos.
Además, como es ya habitual en este evento formativo, también hubo espacio para una mesa redonda en la que se expusieron las últimas actualizaciones normativas relacionadas con las cotizaciones al RETA, el Registro de Entidades Religiosas (RER), o el IRPF, entre otras, a cargo de los integrantes de la Comisión Jurídica de la CONFER.
El dominico Jesús Díaz Sariego, presidente de la CONFER, inauguró la jornada recordando que “nuestro horizonte es siempre el Evangelio; pero tampoco podemos descuidar la sostenibilidad económica de nuestros institutos y congregaciones” en pro del sustento –por ende- del carisma y la misión.
La sostenibilidad como compañera de viaje
En la primera ponencia de la mañana, Rafael Escamilla, laico salesiano de la Inspectoría de María Auxiliadora, introdujo uno de esos temas principales que quitan el sueño de tantos ecónomos y administradores de las congregaciones religiosas: la sostenibilidad y viabilidad económica. Con un símil bastaste gráfico, el de un tren (la congregación) que camina hacia un destino concreto (la misión, que permanece porque es del Espíritu), explicó la importancia de tomar decisiones económicas basadas en los datos y el conocimiento real de los recursos disponibles, y no tanto en impulsos o impresiones que puedan estar alejadas de la realidad.
“Nuestras congregaciones son como el tren en el que he venido esta mañana. Este tren, si Dios quiere, seguirá avanzando, se subirán más personas, se bajarán otras… Pero seguirá su camino, porque su destino es seguir avanzando”, indicó.
Teniendo en cuenta que los institutos son entidades sin ánimo de lucro, sin ser tampoco una ONG al uso, Escamilla comentó que es fundamental «entender que la sostenibilidad económica es uno de nuestros principales objetivos”. Para ello, ofreció algunas claves que aseguren el éxito en esta tarea: Primero, se debe tener en cuenta los datos –qué recursos están disponibles-; segundo, rodearse de personas que conozcan la materia –no vale con tener solo buena intención-; tercero, ser conscientes y responsables de las consecuencias económicas derivadas de las decisiones tomadas; y, cuarto, no guiarse exclusivamente por los impulsos: “Las intuiciones, en Economía, muchas veces juegan malas pasadas. Acostumbramos a tomar decisiones, en ocasiones erróneas, que lo que hacen es perjudicar a la institución que queremos proteger”, argumentó el economista sevillano.
No tomar decisiones, también es una decisión
Tan importante como el destino es el camino recorrido, es decir, sin perder de vista la misión, se deben tener en cuenta las decisiones que se toman en el presente y que repercuten irremediablemente en el futuro del instituto. Para Escamilla, otra de las cosas que no debemos pasar por alto es afinar en las decisiones, “sobre todo cuando los recursos son escasos”, como ocurre en las congregaciones más pequeñas. Por eso incidió: “A veces, nos encontraremos en encrucijadas: ¿qué camino tomar? Si decidimos no tomar ninguna decisión, también estamos decidiendo”.
Precisamente, para tomar buenas decisiones son necesarias buenas herramientas: presupuestos, planes de inversiones, estrategias, etc. Un de éstas fue la presentada en la mesa de experiencias formada por el administrador de los jesuitas, Jaime Badiola, y la administradora de las Hijas de Cristo Rey, Fátima López, que forman parte del grupo de reflexión de Economía de la CONFER. Ambos estuvieron acompañados por Mª Zulma Carrera, superiora general de las Hijas de San José.
Medir, la mejor herramienta
Expusieron a los presentes una herramienta práctica para lograr ese fin de la sostenibilidad económica a largo plazo (esto es, entre 10 o 20 años, para marcar tendencias y detectar puntos de alarma), contando con ejemplos concretos de la experiencia en sus congregaciones.
La superiora mayor de las Hijas de San José, Mª Zulma Carrera, señaló que es importante partir “no de la economía tal y como la conocemos, sino poner el foco en su rostro humano, que son las personas en sentido amplio: nuestras hermanas y hermanos y las personas a las que servimos en nuestra misión”. La religiosa compartió que en su congregación la Economía es un área de Misión, porque “es imprescindible para que la misión se fortalezca, se renueve y permanezca, como el evangelio, en el presente y el futuro, hasta que Dios quiera”.
Futuro jurídico de los institutos
Si bien es cierto que no solo de economía se sostienen los institutos, la jornada avanzó con otro tema que urge a los institutos: las uniones, fusiones y otras figuras jurídicas. Para hablar de este tema fue invitada Daniela Leggio, jefa de la sección Promoción y Formación de la Vida Consagrada del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (DIVCSVA) desde el año 2012.
La elevada edad media y la escasez de vocaciones a nivel mundial -también en España-, parece amenazar la propia existencia de la vida religiosa. Sin embargo, Leggio subrayó que “nuestros institutos son un don del Señor al servicio de la sociedad. El envejecimiento o la disminución no hace perder la belleza del don concedido, incluso en tiempo del cumplimiento”.
Una de las preguntas recurrentes es cómo evitar que la vida consagrada desaparezca de la Iglesia. Para asegurar el futuro de los institutos, la religiosa detalló las diferentes opciones recogidas en el derecho canónico: agregación, federación, fusión, unión, supresión y extinción. “Es necesario conocer las diferentes formas jurídicas y saber que no hay dos casos iguales”, confesó.
Hacia un modelo de vida consagrada sostenible
En este tiempo se antoja necesario un liderazgo “inteligente y evangélico”, apuntó Leggio. Pero ¿cómo deben prepararse los institutos para el futuro? Tres pautas básicas: concienciarnos de la realidad que vivimos y buscar criterios claros para una vida religiosas sostenible; proyectar el futuro, no solo pensando en las obras o los inmuebles, sino también en los jóvenes; y, por último, pensar qué quiere Dios de nosotros, mantenernos en actitud de escucha activa. “Dios nos está hablando en lo que vivimos hoy, debemos tener disponibilidad plena a la escucha del Señor”, concluyó.
En el tramo final de la jornada se dio paso a la mesa redonda, formada en esta ocasión por Fernando López-Tapia y Luis Centeno –de la Comisión Jurídica de la CONFER- y Daniel Alba, responsable del Área Económica de la Fundación Educación Católica.
Se informó de las principales novedades normativas referidas a las cotizaciones de alumnos en prácticas, al Real Decreto 1007/2023, de 5 de diciembre, a la Modificación de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, entre otras.
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