Manos Unidas ha aprobado 185 proyectos, por importe de 11,7 millones de euros destinados a promover, específicamente, los derechos y oportunidades de más de 375.000 mujeres

Madrid, 8 de marzo de 2022 (IVICON); Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, Manos Unidas quiere poner el foco en las mujeres empobrecidas, las más vulnerables y castigadas por la desigualdad imperante en el mundo, que condena al hambre y la pobreza a millones de personas. Una desigualdad que la ONG de la Iglesia católica está denunciando con su campaña «Nuestra indiferencia los condena al olvido».

Manos Unidas entiende la desigualdad como algo que va más allá de un desequilibrio económico y que reúne, al menos, tres características: discriminación en las oportunidades de vida, persistencia de las inequidades y el profundo deterioro en las condiciones para una vida digna. Estas desigualdades afectan principalmente a las mujeres y a las niñas, que siempre ven más vulnerados sus derechos y están más expuestas a las consecuencias que sobre sus vidas puede tener esa inequidad.

«Aunque las mujeres representan la mitad de la población mundial y, teóricamente, tienen los mismos derechos y deberes, y la misma dignidad que los hombres, en ningún lugar del mundo, ni siquiera en las sociedades más avanzadas, han conseguido la deseada igualdad», asegura María José Hernando, del departamento de Estudios de Manos Unidas.

Para hacer frente a estas situaciones discriminatorias, Manos Unidas reivindica la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y trabaja por la erradicación de prácticas ancestrales como el matrimonio forzado o la ablación genital femenina. «Desde nuestros orígenes, la mujer ha sido eje transversal de todas nuestras iniciativas, pero tenemos, además, proyectos especialmente dirigidos a trabajar la equidad desde todos los ámbitos”, explica Encarni Escobar, del área de Proyectos de la ONG.

A pesar de que las mujeres que viven en países en desarrollo y en zonas rurales tienen en la agricultura su mayor fuente de empleo, la mayor parte de sus trabajos se desarrollan en la economía informal, lo que implica una mayor precariedad en todos los campos: salarial, sanitario, educativo, social… Además, solo el 15 % de las tierras del mundo está en manos de mujeres.

Asimismo, la pandemia está suponiendo un grave desequilibrio, está afectando de manera singular al día a día de millones de mujeres y niñas en el mundo. «Las medidas de confinamiento, las restricciones de movilidad, la crisis económica, el cierre de las escuelas y la masificación de los centros de salud, entre otros, están llevando a millones de mujeres a situaciones límite con una multiplicación de la carga de trabajo y estrés», explica Hernando. «Y esto tiene como consecuencia que el número de años para alcanzar la ansiada paridad haya aumentado en una generación, hasta situarse, según el Foro Económico Mundial, en 170 años», añade.

Aunque el enfoque de género es un eje transversal en todas la intervenciones y proyectos que lleva a cabo la organización, en los últimos tres años la ONG de la Iglesia católica ha aprobado 185 proyectos, por importe de 11,7 millones de euros destinados a promover, específicamente, los derechos y oportunidades de más de 375.000 mujeres. «Por experiencia sabemos que las mujeres son agentes fundamentales del desarrollo, de creación de renta familiar y de beneficios sociales; y las iniciativas y proyectos que apoyamos destinados a favorecer la equidad y la promoción de las mujeres son esenciales en el trabajo constante por la igualdad y por los derechos de las mujeres y las niñas, que llevamos a cabo desde hace 63 años», asegura Escobar.

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