Madrid, 1 de marzo de 2013 (IVICON/RV).- Aplausos, lágrimas, mucha conmoción en el Vaticano en la despedida de Benedicto XVI, que esta tarde ha abandonado la Sede papal del Palacio Pontificio, que ha sido su casa durante casi 8 años. El Santo Padre ha viajado por última vez como Papa a su residencia de verano de Castelgandolfo, 17 días después de anunciar su renuncia a la Sede de Pedro, el pasado 11 de febrero.
Estas han sido sus última palabras, saludando a miles fieles que lo esperaban en Castelgandolfo.
Queridos amigos soy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza de la Creación y de vuestra simpatía, que me complace. Gracias por vuestra amistad y afecto.
Vosotros sabéis, que el día de hoy es distinto al de otras veces precedentes. Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica (hasta las ocho aún lo seré, luego ya no). Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero quisiera una vez más, con mi corazón, amor y oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores trabajar por el bien común y el bien de la iglesia y de la humanidad.
Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. ¡Vayamos juntos hacia delante con el Señor para el bien de la Iglesia y del mundo!
Os imparto con todo mi corazón mi bendición. Gracias y buenas noches
Las últimas horas de Benedicto XVI en el Vaticano, en este su último día al frente de la Iglesia, han seguido una pauta normal, casi cotidiana. El Papa ha almorzado frugalmente, como siempre, en torno a la una de la tarde. Y luego, posteriormente ha descansado un rato, antes de quitarse el anillo del pescador, y entregarlo al camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone (que no lo rayará hasta las ocho de la tarde).
Benedicto XVI ha salido después de los apartamentos pontificios, dando inicio a su marcha, que ha sido a partir de aquí, retransmitida en directo por el Centro Televisivo Vaticano para todo el mundo. En torno a las 5, el Pontífice se despidió en el Patio de san Dámaso de sus colaboradores de la Secretaría de Estado y del cardenal camarlengo Tarcisio Bertone y ante un piquete de honor de la Guardia Suiza subió al automóvil, que lo llevó al helipuerto del Vaticano.
En lo alto de la colina vaticana, antes de subir al helicóptero que lo trasladó a Castelgandolfo, el Papa saludó al cardenal decano, Angelo Sodano. Benedicto XVI voló acompañado de su secretario, Mons. Georg Gaenswein, muy consternado. Mientras sobrevolaba la ciudad eterna, todas las campanas de Roma repicaron en homenaje al Papa.
Tañir de campanas que acompañaron también la llegada de Benedicto XVI a Castelgandolgo, donde fue recibido por el cardenal Giuseppe Bertello, el alcalde y el párroco de la pequeña localidad donde está ubicado el Palacio Pontificio, la residencia veraniega de los Papas. Allí vivirá un par de meses seguramente hasta que sea restaurada su nueva residencia en el Vaticano.
Poco después de llegar, Benedicto XVI hizo su última aparición en público como Papa, asomándose al balcón principal del palacio para saludar a los fieles que allí se habían congregado.
A las 8 de la noche, la Guardia Suiza, encargada de custodiar al Santo Padre, se retirará de la entrada principal, cerrando la puerta del Palacio de Castel Gandolfo y dando inicio a la Sede Vacante. El pontificado de Benedicto XVI ha durado 2.873 días después de que se presentara ante los fieles, en el balcón principal de la basílica de San Pedro, como «un humilde trabajador de la viña del Señor».
En la sección de RECURSOS de Comunicación de nuestra página web se pueden leer algunos de los mensajes del Santo Padre de los últimos días de su Pontificado.