Plasencia, 2 de marzo de 2016 (IVICON).- El pasado día 6 de Febrero, sábado, por iniciativa de Confer Diocesana de Plasencia y previa convocatoria de nuestro Sr. Obispo Don Amadeo Rodríguez Magro, los religiosos de nuestra diócesis, celebramos un doble acontecimiento: la Clausura del Año de la Vida Consagrada y el Jubileo de la Misericordia, propuesto por el Santo padre Francisco para este año.
El acto comenzaba a las 11:00 horas en el Seminario Diocesano de Plasencia. Nos reunimos alrededor de un centenar de religiosos, procedentes de nuestra amplia geografía diocesana.
Tras unas palabras de Bienvenida de la Presidenta de Confer-Ex y Confer Plasencia, Sor Antonia Martín Punzano, el Excmo. Sr. Obispo compartió con nosotros la ponencia: LA VIDA CONSAGRADA, CAPITAL ESPIRITUAL DE TODO EL CUERPO DE CRISTO. En ella, y posteriormente en la homilía de la Eucaristía, ponía el énfasis en lo que sintetizo a continuación: Vuestra vida consagrada ha de ser expresión de una permanente gratitud: “Demos gracias juntos al Padre, que nos ha llamado a seguir a Jesús en plena adhesión a su Evangelio y en el servicio de la Iglesia, y que ha derramado en nuestros corazones el Espíritu Santo que nos da alegría y nos hace testimoniar al mundo su amor y su misericordia.” Por eso durante este año dedicado a la Vida Consagrada y que se prolonga ahora en este año de la misericordia, se imponen necesariamente DOS ACTITUDES, que el Santo Padre ha expresado en sus cartas: “Alegraos” porque la alegría es “alma de la Iglesia”: como consolación, como gozo misionero y como alegría interior, y “Escrutad” en sincera búsqueda la verdad de vuestra vida consagrada, siempre en una doble vertiente: con pasión por la Iglesia y por el hombre. Sed de ese modo centinelas de la mañana abiertos a la novedad y a la sorpresa del Señor.
También nos proponía estos objetivos, en consonancia Carta Apostólica a los Consagrados con motivo del Año de la Vida Consagrada:
1. Mirar al pasado con gratitud, haciendo memoria agradecida.
2. Vivir el presente con pasión. Fieles a lo esencial, al EVANGELIO.
3. Hacer lectura pnematológica de los SIGNOS DE LOS TIEMPOS, por la misión que se nos ha confiado.
4. Ser expertos de comunión.
5. Abrazar el futuro con esperanza, aliada de la alegría. Pues “La verdadera alegría es sentir que un gran misterio, el misterio del amor de Dios visita y colma nuestra existencia personal y comunitaria”.
Acabada esta charla, los religiosos nos dirigimos hacia el patio interior del Seminario donde tuvo lugar el “RITO PARA EL ENVÍO DE LOS PEREGRINOS AL EMPRENDER EL CAMINO”, dicho acto fue presidido por Don Antonio Cano, Delegado Episcopal para la Vida Religiosa de nuestra Diócesis. Tras el envío, nos dirigimos en procesión y entonando cantos hacia la Catedral, atravesando el patio “enlosado”, donde nos detuvimos para celebrar el “RITO PARA CRUZAR LA PUERTA SANTA”. Ya en la Catedral, participamos de la celebración de la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo. La Eucaristía estuvo cargada de gestos, que expresaban la estrecha relación entre la Vida Religiosa y las obras de misericordia, que son el día a día de muchos hombres y mujeres, que han entregado su vida por entero, a servir a Jesús, mediante el seguimiento e imitación de su vida. En la Eucaristía también tuvo lugar la renovación de los votos de pobreza, castidad y obediencia, profesados por los religiosos, desde el día de su consagración religiosa. Una vez finalizada la Eucaristía, nos trasladamos al Seminario Diocesano de nuevo, para compartir juntos una comida, servida desde el Servicio de catering de Cáritas Diocesana.
Sor Raquel Medialdea HMMI Secretaria Confer-Ex y Confer Plasencia