Anunciar al esperanza en tiempos de crisis

Madrid, 9 de julio de 2012 (IVICON).- La CONFER Regional de Andalucía (URPA), en colaboración con la Facultad de Teología de Granada, convocó, los días 12 y 13 de mayo de 2012, a un encuentro con la Vida religiosa para responder a los signos de los tiempos y anunciar la esperanza en la crisis, que todos padecemos de índole global y local y que nos está afectando también a nosotros religiosos en esta parcela de la Iglesia de Andalucía. Han sido unas jornadas donde religiosos y religiosas hemos reflexionado sobre la crisis, acompañados por el jesuita Ildefonso Camacho, que nos habló de “la crisis que nos envuelve, ¿da lugar a la esperanza?”. Su exposición acertada, desde la doctrina social de la Iglesia, creemos que sentó las bases de cómo vivir los avatares de la sociedad, desde la confianza y la solidaridad con los desconcertados y desesperados, donde la vida religiosa puede aportar esperanza, profecía y solidaridad desde los márgenes. La esperanza cristiana nos abre al Reino de Dios y nos ofrece la posibilidad de ser solidarios frente al individualismo reinante.La dominica, Carmen Román, nos acercó a la reflexión bíblica  desde el Pueblo de Israel, que configura su esperanza en medio de la crisis. Esperanza que llega a su plenitud en Jesús  que nos despierta a la esperanza con todos los que viven el gran proyecto del Reino. Los religiosos somos personas esperanzadas, que acogemos la Palabra y garantizamos un humus de esperanza para el mundo de hoy.La religiosa Apostólica del Corazón de Jesús, María José Torres, nos hizo un paralelismo entre la vida religiosa y la mujer sirofenicia, como una buena noticia ante la crisis. Nos puso varios testimonios de mujeres que luchan por abrir caminos nuevos ante la dificultad en la esperanza, que es posible vivir, de otro modo cuando ofrecemos buenas noticias que contagian esperanza. Su conferencia nos puso a todos de pie para abrirnos con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu a lo nuevo, para estar despiertos y mirar la vida con otros ojos, con los de la profecía y la implicación.No faltó la reflexión sobre la iglesia que vive entre la crisis y la esperanza, guiados por el jesuita Diego Molina, donde fue haciendo una reflexión teológica seria de cómo ser hoy esperanza en una Iglesia que vive en fragilidad  y en confianza a la vez, que vive en sospecha desde el mundo secularizado, pero con la convicción de que el Espíritu no la deja y la acompaña sin interrupción “hasta el fin de los tiempos”.Contamos también con el trabajo en grupos y  los testimonios de algunos jóvenes y adultos que, desde la diversas perspectivas, nos comunicaron cómo vivían la esperanza desde lo intercongregacional, la reestructuración de provincias, la revitalización de la vida consagrada… desde la perspectiva de la formación, el servicio de gobierno, la educación, el mundo de la salud… La mesa la moderó el franciscano Severino Calderón, que invitó a los participantes a que leamos los signos de los tiempos más allá de las apariencias y miremos el futuro desde el presente en el que estamos implicados.El momento festivo estuvo acompañado por la palabra de D. Vicente Morales (Brotes),  que nos acompañó todo el encuentro y al que se sumó su familia, al caer de la tarde, para disfrutar de la música, la palabra, la oración y el canto de BROTES DE OLIVO, de Huelva. Toda una experiencia de más de treinta años anunciando la Palabra desde la comunidad cristiana y dando razón de su esperanza en familia,  en Iglesia, en camino…Todo el encuentro estuvo enmarcado en la Liturgia de la Iglesia preparada cuidadosamente por algunos miembros de la Junta de URPA y celebrada en la Eucaristía.  El primer día presidió el Vicepresidente, que nos invitó a ser buscadores de Dios, porque es ahí donde surge el encuentro y la esperanza de un cielo nuevo y una tierra nueva. Esperar no es quedar con los brazos cruzados viendo pasar los acontecimientos. Esperar es estar en actitud de creer y confiar en los logros de nuestro pueblo acompañando sus anhelos y dificultades.La Eucaristía final la presidió D. Carlos Coloma, Vicario Episcopal para la vida religiosa de la diócesis de Sevilla. Nos habló en la homilía del Amor y servicio de los que carecen de todo. Nos ayudó a hacer la reflexión de cómo salir de la crisis. El respondía diciendo que saliendo al paso de las necesidades más urgentes, acercándonos al hermano triste, solo, desesperanzado, ayudándoles a sentirse como lo que son: personas, hijos de Dios, hermanos nuestros…Concluimos las jornadas con las palabras de nuestra Presidenta Maria José Tuñón, religiosa de las Esclavas del Sagrado Corazón. Agradeció a los participantes su rica respuesta y su implicación en las jornadas animándoles a ser testigos de Jesucristo viviendo en comunión fraterna para ponerse al servicio de los más necesitados. Os invito a que os sintáis hombres y mujeres que ofrecemos la esperanza de sabernos acompañados por la fuerza que viene de alto y que se da sin medida para aquellos que intentamos responder a lo que va surgiendo cada día y que  hoy se nos pide a nosotros religiosos una respuesta significativa para vivir una parábola de comunión y fraternidad desde las fronteras.Acabamos con las palabras del poeta: “Benditos son los pies de los que llegan para anunciar la paz que el mundo espera, Apóstoles de Dios, que Cristo envía”.                    Severino Calderón, ofm                    Vicepresidente de URPA

Compartir:

Related Posts

Scroll al inicio