La undécima estación es una parada vital para la humanidad. Nos jugamos mucho como sociedad y como personas cristianas en la Educación. El Tren de la Paz es ese tren-escuela que circula por las vías donde discurre la vida. Apostar por la educación para la Paz es sembrar semillas de reino, es un derecho de todo niño y niña que debemos defender y reivindicar.
“El valor de nuestras prácticas educativas no se medirá simplemente por haber superado pruebas estandarizadas, sino por la capacidad de incidir en el corazón de una sociedad y dar nacimiento a una nueva cultura. Un mundo diferente es posible y requiere que aprendamos a construirlo, y esto involucra a toda nuestra humanidad, tanto personal como comunitaria” (Pacto Educativo Global, vademecum).
En esta undécima estación nos centramos en las páginas 290-304, del libro de Xabier Pikaza, “El camino de la Paz. Una visión cristiana”. “No se puede hacer la paz sin un cambio cultural y político, sin un fuerte desarrollo afectivo y personal, sin un intenso compromiso a favor de los niños”.
Reflexión del Equipo
Educar para la paz exige mucha valentía para desafiar la cultura dominante, individualista, egoísta y excluyente, violenta con los más débiles y generadora de desigualdades crecientes. Hay que tomar conciencia, pero ¿quién tiene que tomar conciencia? Todos y cada uno, las familias, las comunidades, las escuelas, las instituciones, las religiones, los gobernantes, toda la humanidad, los niños y las niñas. La educación tiene un poder transformador impresionante, por eso quienes tienen el poder la quieren dirigir. Hay que liberar la educación al servicio de la paz y de sociedades solidarias y fraternas, centrada precisamente ahí donde se gestan las injusticias sociales, las violaciones de derechos, las grandes pobrezas y exclusiones humanas. Hemos de volver al proyecto de Jesús, desde la realidad actual, con gestos de luz.
El camino hacia la paz es un camino compartido, donde el tren-escuela de la paz, acoge a los niños y niñas del mundo. Los primeros matriculados son aquellos que sufren violencia y maltrato, los que sufren el fracaso escolar y el abandono prematuro del sistema educativo, o no tienen acceso a la escuela (especialmente niñas) ni posibilidades de estudios universitarios… Como sociedad y como iglesia somos responsables de estos niños y hemos de dar la cara por ellos, con ellos, para ellos. Como cristianos hemos de ser testimonio personal y comunitario de este compromiso de transformación, cada uno en la medida de sus posibilidades, y conscientes de que seguir a Jesús nos lleva por este camino, distinto y desafiante.
Para enriquecer…
Ofrecemos algunos textos bíblicos para orar con lo reflexionado y compartir desde la fe:
- Is 2,4-5: No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
- Sam 3,1-21: Samuel creció. El Señor estaba con él, y no dejó que se frustrara ninguna de sus palabras.
- Lc 2,39-52: Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
- Mc 9,33-37: El que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.
- Mc 10,13-16: El que no acepta el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
- Mt 5,1-16: Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y… les enseñaba diciendo: «Bienaventurados …”
La metodología de trabajo propuesta es participativa y comunitaria. Cada congregación o instituto podrá compartir el trabajo realizado internamente enviándolo a eltrendelapaz@confer.es