Los religiosos españoles piden perdón a las Supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer

Este lunes ha tenido lugar en la Fundación Pablo VI, un acto de petición pública de perdón a las Supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer. La Conferencia Española de Religiosos, que congrega a 403 congregaciones religiosas presentes en España, en nombre de la vida religiosa y de la Iglesia, ha impulsado este acto, moderado por el director general de la Fundación Pablo VI Jesús Avezuela.

El Patronato de Protección a la Mujer fue una institución civil creada en 1941 en el marco del régimen franquista, que dependía del Estado a través del Ministerio de Justicia. Su propósito oficial era la «protección» y «reeducación» de mujeres consideradas en riesgo moral, y funcionó como un mecanismo de control social y represión. Bajo su tutela, muchas mujeres fueron privadas de su libertad y sometidas a un estricto código de conducta basado en la moral católica del momento.

«Este acto no es solo una formalidad, sino que es justo y necesario»

El presidente de la CONFER, Jesús Díaz Sariego, OP, ha realizado un discurso de apertura donde ha afirmado que como congregaciones «asumimos hoy la responsabilidad de colaborar en la búsqueda de la verdad y de contribuir a que este capítulo oscuro de nuestra historia no caiga en el olvido. Reconocemos esta página de nuestra historia en la que, para estas mujeres, su paso por los centros patrocinados por el Patronato de protección de la mujer fue cárcel, cuando debería haber sido un medio de promoción y crecimiento, como lo fue para otras».

El contexto histórico en el que surgió esta institución, ha indicado Sariego, estaba marcado por un modelo de sociedad donde la mujer estaba infravalorada, dedicada principalmente a las labores del hogar y cuidado de los hijos, relegadas a un segundo plano. El objetivo era hacer de las mujeres “buenas esposas, buenas madres y buenas hijas” Aquellas que no encajaban en este modelo eran vistas como una amenaza al orden establecido y, en consecuencia, juzgadas en sus comportamientos como inmorales y sometidas a medidas disciplinarias que vulneraban sus derechos más básicos.

«Somos conscientes de que el sufrimiento causado no puede ser reparado con palabras»

La lectura del mensaje de perdón ha sido realizada por Carmen Ortega, OSR ; superiora provincial de las Oblatas del Santísimo Redentor, Matilde Mena, TCSF ; superiora provincial de las Terciarias Capuchinas de Nazaret y Antonia López, ISA ; superiora provincial de las Adoratrices. Todas en nombre de las congregaciones religiosas que en el pasado administraron centros de acogida y reeducación vinculados al Patronato de Protección a la Mujer en España, se han dirigido con humildad y profundo dolor a todas las mujeres que pasaron por estas instituciones y sufrieron bajo su tutela. A continuación transcribimos el mensaje leído:

Reconocemos que, durante décadas, muchas jóvenes y mujeres adultas fueron internadas en nuestros centros en contra de su voluntad, sometidas a un régimen de disciplina severa y alejadas de sus familias y de su derecho a decidir sobre su propia vida. Sabemos que muchas de ellas fueron privadas de libertad injustamente, expuestas a humillaciones y malos tratos.

Pedimos perdón a todas aquellas mujeres que no fueron reconocidas en su dignidad y sus derechos, a quienes se les impuso una educación restrictiva y un modelo de vida sin posibilidad de elección, así como a quienes se les hizo creer que su existencia estaba marcada por la culpa o la vergüenza.

Somos conscientes de que el sufrimiento causado no puede ser reparado con palabras, pero asumimos como un deber moral reconocer nuestra responsabilidad y contribuir, en la medida de lo posible, a sanar esta página de la historia haciendo memoria de lo acontecido y pidiendo perdón, por justicia, hacia todas aquellas que padecieron en estos centros.

Y hoy, ante vosotras, queremos renovar nuestro compromiso. Un compromiso aplicable a todos nuestros centros y proyectos. Compromiso de actuar:

  • Desde la escucha activa, el respeto a la dignidad y derechos de toda persona, en concreto hacia las mujeres. En este sentido, nos comprometemos a escuchar y acompañar a las mujeres que vivieron en estos centros, ofreciendo espacios de diálogo donde su testimonio sea valorado y respetado, y promoviendo acciones que contribuyan a su reparación moral y emocional.
  • Desde la formación y la garantía en la prevención y el buen trato, a través de protocolos concretos, en la formación de nuestras comunidades y la intervención social, en nuestros proyectos, promoviendo valores de respeto, dignidad y equidad de género.
  • Con la máxima transparencia y colaboración, para esclarecer la verdad y ofrecer respuestas equitativas a quienes buscan conocer su historia personal, desde los protocolos que sea preciso establecer.
  • Comprometidas por hacer una revisión histórica y análisis crítico impulsaremos la reflexión hacia el interior de nuestros archivos con el fin de analizar con objetividad el impacto del Patronato de Protección a la Mujer en nuestra historia.
  • Y siempre, a través de la oración y la creación de espacios sanadores y de reconciliación, desde nuestra fe, promoviendo encuentros de reflexión y reparación simbólica que contribuyan a la paz y el reconocimiento mutuo.

Desde la CONFER, «reiteramos nuestra petición de perdón y nuestra voluntad por seguir aprendiendo, cambiando y construyendo un presente y un futuro donde la dignidad de todas las personas sea respetada y protegida».

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