Tras un año lleno de encuentros, peregrinaciones a los lugares fundantes, donde vivió y pasó largas etapas de su vida Rafaela María, las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y la Familia ACI celebran con gozo la clausura del Centenario de su muerte.
La congregación traslada que han sido meses de volver “a la fuente”, profundizar en el carisma de reparación a través de sus palabras y trayectoria de vida con el amor “de su vida”, el Corazón de Jesús y su presencia en la Eucaristía. “Un año que nos abre al futuro con esperanza para celebrar el Jubileo, sintiéndonos “fruto de este árbol”, que ella junto con su hermana la M. Pilar plantaron en la Iglesia, como nos recuerda el lema del Centenario y seguir buscando cómo responder a los desafíos de nuestro mundo”.
Amar, adorar y servir
Durante este mes de enero, en los distintos lugares de presencia de la espiritualidad ACI en el mundo, están celebrando la Clausura, junto con todos los que, a través de ella, han encontrado un camino para en todo “AMAR, ADORAR Y SERVIR”.
El Papa Francisco les hizo llegar su bendición por los brotes de esperanza surgidos en las nuevas presencias del Instituto, invitándoles a seguir trabajando con la misma pasión e ilusión que sus fundadoras “por atraer a todos a que conozcan a Cristo”
Las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y la Familia ACI dan las gracias a Rafaela María por su vida, que hoy “sigue alentando nuestra esperanza”.