Madrid, 3 de septiembre de 2021 (IVICON); Los centros de San Juan de Dios en Manresa, Ciempozuelos, Leon, y Mallorca, así como una fundación participada en Barcelona, reciben a 91 personas afganas que han tenido que huir de su país y llegaron a Torrejón de Ardoz evacuadas por las Fuerzas Armadas españolas.
La acogida de estas personas por parte de la Orden Hospitalaria se está realizando bajo la coordinación de la Dirección General de Programas de Protección Internacional y Atención Humanitaria del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Según Juan José Afonso Rodríguez, director general de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en España, “el principal valor de la institución es la Hospitalidad, y por eso hemos puesto a disposición de las autoridades nuestros centros, para poder acoger a familias que huyen de Afganistán y que ahora nos necesitan”. Estas personas han tenido que salir de su país en una carrera contra reloj y de manera traumática, abandonando sus casas precipitadamente; y tras su llegada a España han manifestado su voluntad de solicitar asilo.
No es la primera ocasión que la Orden Hospitalaria acoge a personas afganas o refugiadas, ya que desde 2017 la institución cuenta con el ‘Programa de acogida e integración para personas solicitantes y beneficiarias de protección Internacional’, donde ya se han atendido a 1.000 personas de 26 nacionalidades diferentes. Con este programa, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, San Juan de Dios atiende sus necesidades básicas, y les presta apoyo psicológico, asesoramiento legal, aprendizaje del idioma y acceso a formación/orientación para al empleo.
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios es una institución sin ánimo de lucro, dedicada a la atención social y sanitaria de personas enfermas y en situación de vulnerabilidad, perteneciente a la Iglesia católica, cuyo origen se remonta al siglo XVI. Su actividad se basa en un modelo de atención integral centrado en la persona, con el objetivo de promocionar y mejorar la salud de las personas y su calidad de vida, sin distinción por cuestión de género, creencias u origen, para crear una sociedad más justa y solidaria.