Madrid, 9 de febrero de 2016 (IVICON).- Este fin de semana ha tenido lugar en Sevilla el Congreso “La vulnerabilidad de los emigrantes y los derechos humanos”, en el que se dieron cita reflexión y praxis en el convento de los dominicos de Santo Tomás para debatir sobre los derechos humanos y los migrantes.
El encuentro ha tenido lugar en el marco del Jubileo 800 de la Orden de Predicadores, bajo el espíritu del llamado Proceso Salamanca que, inspirado en el diálogo entre misioneros y teólogos en el siglo XVI en Salamanca, quiere ser un espacio de encuentro entre personas que se dedican a la reflexión teológica y personas que trabajan en la primera línea de la defensa de los derechos humanos.
Los derechos humanos tienen un lugar privilegiado en la tradición dominicana, por eso el historiador fr. Antonio Larios recordó la figura de fr. Bartolomé de las Casas, en cuya obra se adelantan algunos de los fundamentos sobre la dignidad de las personas que se recogerán mucho tiempo después en la declaración de los derechos humanos. En ese sentido, Pilar del Barrio, Secretaria de Familia Dominicana, adelantó lo que será el gesto jubilar de la Familia Dominicana con motivo de los 800 años de su fundación: un observatorio de derechos humanos.
Más de cien personas asistieron al congreso. Entre los ponentes se encontraban el filósofo fr. Juan Manuel Almarza; el historiador fr. Antonio Larios; hermanas oblatas, adoratrices y mercedarias; la secretaria de Familia Dominicana, Pilar del Barrio; la abogada de Cáritas Maite Moreno; el psicólogo Javier Saavedra; el exdefensor del pueblo andaluz, José Chamizo y el vicario de pastoral de la diócesis de Madrid, José Antonio Segovia.
El congreso comenzó el viernes con la conferencia de fr. Juan Manuel Almarza, que presentó la filosofía de Martha Nussbaum que reivindica, como valores a recuperar, la vulnerabilidad y la compasión, que han sido denostadas por muchos filósofos considerados como una debilidad.
Las hermanas oblatas, adoratrices y mercedarias abrieron los ojos a los participantes a las duras realidades de los inmigrantes en Almería y de las mujeres que son traídas a España en régimen de esclavitud para ejercer la prostitución.
Para poder ayudar es necesario contar con los conocimientos suficientes y con herramientas apropiadas, y a ese fin se dedicó la tarde del sábado. Conocer bien la legislación, por ejemplo, es vital para poder ayudar a los inmigrantes “sin papeles”, por eso la abogada de Cáritas, Maite Moreno explicó con claridad el proceso al que se enfrenta una persona que llega a nuestro país. Insistió en recordar que la situación de una persona sin papeles no es un delito, sino una irregularidad administrativa, y por tanto no debería tratarse a los inmigrantes como a delincuentes.
El congreso se había centrado hasta el momento en las víctimas, pero el psicólogo Javier Saavedra lanzó una pregunta provocadora “¿y qué sucede con los victimarios? ¿Acaso estos no son hombres?”. Y a través de tres experimentos psicológicos realizados en los años 70 en Estados Unidos, demostró que, ante determinadas circunstancias, cualquiera de nosotros puede convertirse en verdugo.
El exdefensor del pueblo andaluz, José Chamizo, describió un presente donde la vida digna para cualquier persona es complicada, especialmente para la población inmigrante. José Antonio Segovia, Vicario de pastoral de la diócesis de Madrid, reivindicó la defensa de la justicia como elemento esencial de nuestra fe: “No cabe fe cristiana si no hay implicación por la defensa de la justicia. Hay que rescatar el anhelo por la justicia y para eso se necesitan tres cosas: sentimiento de compasión, de indignación y de responsabilidad”.
“La vulnerabilidad de los emigrantes y los derechos humanos” pretende ser una reflexión compartida que proyecte nuevas ideas, nuevas líneas de trabajo con mayor capacidad y perspectiva para trabajar por los derechos de los más desfavorecidos.