Madrid, 3 de diciembre de 2020 (IVICON); El próximo 8 de diciembre comenzará la celebración de los 150 años de vida de la Congregación de las Hijas de Jesús.
La Superiora General, Graciela Francovig, convoca un Año Jubilar asegurando que «es una gran oportunidad para permitir que el Señor trabaje nuestra conversión». «Pedimos la gracia de ser renovados por su Espíritu. Deseamos agradecer lo recibido, descubrir la fecundidad de estos 150 años y profundizar en nuestra identidad», afirma ante un 8 de diciembre diferente.
El obispo de Salamanca, monseñor Carlos López, será quien presida, el 8 de diciembre a las 18.00 horas, la Eucaristía que da comienzo a este Año Jubilar, precisamente en la capilla del Colegio Mayor Montellano, lugar donde falleció la fundadora, Cándida María de Jesús. Esta Eucaristía, retransmitida por el canal de Youtube de la Congregación viene precedida, el día 7 de diciembre, por una Vigilia de oración que ayudará a toda la Familia Madre Cándida a sentirse en comunión con la Iglesia en esta celebración tan marcada en todo el mundo por la pandemia de la covid.
Las Hijas de Jesús fueron fundadas en Salamanca el 8 de diciembre de 1871 por Cándida María de Jesús, nacida en Andoain (Guipúzcoa-España) el 31 de mayo de 1845. Con poca cultura y escasos medios materiales va a iniciar esta obra en Salamanca, una de las ciudades universitarias más importantes del siglo XIX, con cinco compañeras y la sola confianza de que “Dios lo quiere”.
La exclusión de la mujer y de las clases económicamente débiles de los ámbitos de la educación mueve a la Madre Cándida a iniciar este camino. Y, muy pronto, lo que comenzó en Salamanca, se extiende por toda la geografía española. El 3 de octubre de 1911 salen las primeras Hijas de Jesús para Brasil, haciendo realidad su sueño: “Al fin del mundo iría yo en busca de almas”.
La Madre Cándida muere en Salamanca el 9 de agosto de 1912. La iglesia la beatifica el 12 de mayo de 1996 y Benedicto XVI la proclama santa el 17 de octubre de 2010.
El carisma que recibió se sigue proyectando 150 años después, en la educación formal e informal, acompañamiento a los más desfavorecidos, refugiados, migrantes, evangelización y catequesis, ejercicios espirituales,… en diecisiete países.