Madrid, 13 de febrero de 2024 (IVICON); En el marco de la celebración de la Vida Consagrada, el pasado 2 de febrero tuvo lugar una celebración donde se presentó y bendijo una Cruz-Relicario que formará parte de la Catedral de Burgos.
Este símbolo aúna en su entramado las reliquias de los mártires religiosos de la archidiócesis durante la persecución religiosa del pasado siglo, en el travesaño horizontal, junto con las reliquias de los santos Fundadores/as de aquellas congregaciones religiosas vinculadas a la archidiócesis de Burgos (en el travesaño vertical). Es una sugerente cruz que invita a descubrir los distintos carismas que son un don de Dios para la Iglesia y para el mundo. Carismas que se hacen realidades en cada una de las setenta comunidades que estaban presentes en la diócesis en el año jubilar.
La Eucaristía fue celebrada en Santa Tecla -Catedral de Burgos- y presidida por el Arzobispo Mario Iceta Gavicagogeascoa.
Actualización del Relicario de la Capilla de las Reliquias de la Catedral de Burgos
En referencia a este Relicario-Memoria, desde la Junta de la CONFER Burgos, se solicitó que, las reliquias de sus santos Fundadores/as pudieran estar presentes en dicha Capilla, en un relicario común, ya que, de alguna manera, en sus obras, está presente su espíritu, aunque la presencia de algunas Congregaciones en Burgos, haya sido después de la muerte del Fundador/a, pero sin ellos no hubiera sido posible el bien realizado a la iglesia diocesana y a la sociedad burgalesa durante tantos años. Gracias a su fidelidad al don de Dios, su obra continua, ya sea en los distintos lugares que ellos fundaron, o en otras nuevas Fundaciones.
Los religiosos/as allí congregados renovaron su consagración al Señor en pobreza, castidad y obediencia. El arzobispo animó también a hacer entrega y donación de nosotros mismas a Dios, que llena de luz nuestras oscuridades y agradeció la presencia tan viva y luminosa de tantos carismas de vida consagrada en la archidiócesis.
Esta Cruz-Relicario, de madera dorada, bruñida y con un estofado en tonos rojos en señal de martirio y de vida entregada en el día a día, es una manifestación y un recordatorio de tantos «rostros de la LUZ» que han escuchado la llamada del Señor y han respondido con generosidad y audacia: «aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad». Aquí estoy, como María de Nazaret, hágase en mí según tu Palabra.
Representa a tantos hombres y mujeres valientes, que, insertados en la Cruz de Cristo han testimoniado a los que vivían con ellos Su amor, ternura y misericordia. Representa a todos aquellos que, desde distintos lugares, tiempos y circunstancias, con su ejemplo y vivencia cristiana han guiado a otros a descubrir que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.