Este martes ha comenzado en Madrid, la 31ª Asamblea General de la CONFER bajo el título: ESPERANZA, ¿por dónde andas? «¿Y levantándose, volvieron a Jerusalén (Lc 24,33)».
La mañana ha comenzado con una Eucaristía presidida por el presidente de la CEE, Luis Argüello, que ha tenido lugar en la Parroquia Nuestra Señora de la Concepción.
Comenzamos la XXI Asamblea de la CONFER en la Parroquia Nuestra Señora de la Concepción con el lema 'Esperanza… ¿por dónde andas?' pic.twitter.com/s8HF7mo8SX
— CONFER (@MediosConfer) May 27, 2025
La Ceremonia de Apertura ha estado presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, el obispo auxiliar de Getafe, miembro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada y obispo responsable de la CONFER, José María Avendaño, Jesús Miguel Zamora, FSC – secretario General de la CONFER, Jesús Díaz Sariego, OP, presidente de la CONFER y Lourdes Perramon, OSR, vicepresidenta de la CONFER.
Agüello ha hecho referencia en sus palabras al papa Francisco y a la bula de convocatoria del jubileo: «La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz:» (Spes non confundit 3).
El obispo auxiliar de Getafe por su parte ha añadido que la vida consagrada está llamada a responder a esta pregunta (¿por dónde andas?), no con teorías, sino con vida (desde el carisma que anima la vida de cada una con sus realidades particulares, que han de ser fruto del evangelio). «Vosotros sois —vosotras sois— rostro visible de esa esperanza que busca caminos nuevos. Sois memoria del futuro. Sois profecía encarnada de que otra manera de vivir, de amar, de servir, (Sí) es posible».
Toda la Asamblea está pensada y programada para vivir la experiencia de los discípulos de Emaús como Superiores Mayores. Durante los tres días contaremos con la ayuda de Magdalena González, Misionera del Verbum Dei, como facilitadora, de modo que la dinámica a seguir pueda ser de mayor provecho y creatividad.
Hacernos preguntas y buscar respuestas
Jesús Díaz Sariego, OP, presidente de la CONFER y Lourdes Perramon, OSR, vicepresidenta de la CONFER han pronunciado un discurso de apertura en el que han destacado el momento que atravesamos como vida religiosa donde necesitamos, nuevamente, hacernos preguntas y buscar juntos las respuestas, no tanto de forma teórica o esperando que nos vengan de afuera las respuestas.
A continuación, puedes leer el discurso íntegro:
Continuamos celebrando este Año Jubilar de la Iglesia que el papa Francisco inició con la apertura de la puerta santa en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el pasado 24 de diciembre. Es un tiempo de gracia que, en comunión eclesial, queremos vivir como oportunidad acogiendo la invitación y llamada a la conversión, a la reconciliación y a un renovado encuentro con Dios, fuente de nuestra esperanza. Las Congregaciones así lo queremos vivir, renovando nuestro compromiso con una de las dimensionas más importantes de la fe: la esperanza, que a veces sentimos un tanto escasa en los tiempos que corren. Pero este jubileo nos recuerda que la esperanza en Dios es una gracia, un don que renueva cada uno de nuestros carismas.
Recordar este año jubilar en el que se enmarca nuestra Asamblea, es ocasión para expresar, como Superiores Mayores aquí reunidos, nuestro más profundo agradecimiento al Papa Francisco y a su pontificado. El papa Francisco «nos ha despertado al mundo», lugar donde Dios se sigue encarnando y nos ha acompañado, especialmente a la vida religiosa, con gran sabiduría profética. Agradecemos de corazón su servicio a la Iglesia, como sucesor de Pedro; su valentía a la hora de iniciar nuevos procesos que nos permitan como Iglesia seguir siendo peregrinos de esperanza. Por todo ello y por tantos gestos sencillos de humanidad y evangelio que nos quedan como legado y ejemplo, damos gracias a Dios y lo queremos expresar también con un gesto externo, con nuestro aplauso sentido y agradecido.
Al mismo tiempo expresamos nuestra felicitación y agradecimiento al papa León XIV en el inicio de su pontificado. La vida consagrada reafirmamos nuestra comunión con el nuevo sucesor de Pedro y con toda la Iglesia. Al papa León, al igual que lo fuera Francisco, lo sentimos especialmente cercano desde su condición de religioso y también por su experiencia como Superior Mayor. Su disponibilidad y servicio nos invita a asumir con valentía y audacia la responsabilidad de ofrecer al conjunto de la Iglesia el don de cada uno de nuestros carismas, para seguir construyendo juntos desde el servicio a los hombres y mujeres de nuestro mundo, especialmente a los más vulnerables y necesitados.
Slogan de la Asamblea
El slogan de esta trigésimo primera Asamblea General de Superiores Mayores de la CONFER se inicia con una pregunta: «Esperanza, ¿Por dónde andas?».
Esta pregunta nos habla del momento que atravesamos como vida religiosa. Necesitamos, nuevamente, hacernos preguntas y buscar juntos las respuestas, no tanto de forma teórica o esperando que nos vengan de afuera las respuestas. Queremos más bien, hacer el esfuerzo de procurar que las intuiciones y orientaciones broten desde la capacidad que tengamos de poner palabra a lo que estamos viviendo, a lo que nos desafía como religiosos y religiosas, a las incertidumbres y experiencia de vulnerabilidad que nos acompaña; pero, al mismo tiempo, acogiendo de nuevo la interpelación que Dios hace a nuestra vocación, en su constante invitación a la búsqueda conjunta de respuestas.
Nos va a guiar, en esta ocasión, la reflexión y oración de los discípulos de Emaús, su peregrinar externo, pero sobre todo interno, cuando ‘frustrados’ por los acontecimientos vividos en Jerusalén van de retirada camino de Emaús. Se sienten desconcertados, durante el camino muchas preguntas sin respuesta. Pero el ser capaces de expresar, compartir y dialogar sobre su experiencia de derrota, les permite cambiar la mirada, reconocer la presencia del resucitado y ahí renacer a la esperanza, pues: «…levantándose, volvieron a Jerusalén» (Lc 24, 33).
Los discípulos de Emaús se implicaron en su propio discernimiento; confiaron en su diálogo y se apoyaron mutuamente. No se quedaron inmóviles, supieron reaccionar a tiempo. Lo hicieron en movimiento, en peregrinación, en camino. Nosotros, superiores mayores, somos ahora esos discípulos de Emaús que van de camino, a veces entre lamentos y otras abriendo procesos en las Congregaciones para asegurar que el Evangelio se siga predicando y encarnado. No estamos solos. Avanzamos en comunión cuando nos disponemos a orar, reflexionar y dialogar juntos en la búsqueda de respuestas a la pregunta: «Esperanza, ¿por dónde andas?».
Ayudarnos a tomar mayor conciencia de una CONFER que ha de seguir evolucionando para que pueda servir mejor a los nuevos desafíos que van surgiendo en la vida religiosa. Estamos asistiendo a importantes cambios en el conjunto de las Congregaciones y en la realidad, que a todos y todas nos conciernen. También nosotros necesitamos cambiar la mirada, el corazón quizás, escuchar al Resucitado que camina con nosotros y acoger el envío a reforzar, aún más, el trabajo conjunto y transversal. Porque como nos decía el Papa Francisco: “nadie se salva solo”.
La CONFER, por tanto, necesita en este momento tan trascendental su propia renovación para responder mejor a las demandas reales de la vida consagrada en España. Surgen nuevos desafíos y necesidades que requieren otras dinámicas de funcionamiento. Hemos de pensarlo juntos y en comunión. Estamos viviendo, como vida religiosa, otro momento histórico que debemos afrontar con serenidad y confianza en el Señor.
En la reciente Asamblea de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) celebrada en Roma, Mariola López, recordando una bonita anécdota con su madre, nos compartía que la señora de 96 años, le decía que el final de la parábola de los talentos debería ser otro. No el llanto y rechinar de dientes de quien había escondido su talento por miedo (Mt 25,14-30), sino que “Le daría otro talento y le diría que fuera a buscar a sus compañeros, que les preguntara cómo hicieron ellos, que se dejara ayudar y que no tuviera miedo”.
Y añade ella: “Nuestra esperanza es saber que Jesús no dejará de volver a confiarnos sus talentos, una y otra vez, para aliviar sufrimiento, para ayudar a incrementar la cantidad de amor en este mundo, para alentar a vivir. Que los miedos, que los tenemos, y que la incertidumbre, que nos saluda a cada paso, no nos impidan trenzar nuestras cuerdas, tejer con ellas redes y alianzas que cuidan, reparan, nutren y embellecen vidas; y poder conversar unos con otros mientras vamos de camino cómo vivimos, cuáles son nuestros sueños, y quiénes nos mantienen agradecidos hasta el final”.
Esperanza ¿por dónde andas? Agudicemos nuestros sentidos, permanezcamos a la escucha… que la podamos rastrear y percibir su aroma en estos días.
Renovación de cargos
Como todas nuestras Asambleas dispondremos de un tiempo para las cuestiones de tipo estatutario (Aprobación de cuentas y de memorias). Y en esta ocasión debemos renovar los cargos de presidente/a, vicepresidente/a y de tres consejeros varones.
La clausura se celebrará el 29 de mayo a las 12:30 horas con una Eucaristía celebrada por Luis Ángel de las Heras CMF, obispo de León y presidente de la Comisión para la Vida Consagrada de la CEE, que tendrá lugar en el propio Hotel.
Cuando finalice la clausura, se ofrecerá a los medios de comunicación una rueda de prensa para contar las conclusiones de esta 31ª Asamblea General.