Madrid, 30 de jun io de 2014 (IVICON).- La Fundación INEA acoge por segundo año un encuentro teórico-práctico dedicado a reflexionar sobre estilos de vida y sus repercusiones en la creación. Es la II Semana Ecosolidaria para la Vida Religiosa que se celebrará entre el 20 y 27 de julio en las instalaciones de la Fundación INEA (Camino Viejo de Simancas, km 4,5, Valladolid) y está concebida para abrir un espacio donde religiosos y religiosas descubran una nueva dimensión en clave creyente de su compromiso. El encuentro está coordinado por José Eizaguirre y el franciscano Vicente Felipe como ya hicieron el año pasado, edición que destaca por su balance tan positivo. “La clave está en que se trata de una semana teórico-práctica, donde queremos poner en práctica la forma de vida a la que los contenidos de las sesiones nos lleva”, comenta Eizaguirre.
Defiende la coherencia y por eso durante esta semana la alimentación es vegetariana y ecológica, “utilizamos jabones y productos de limpieza caseros y naturales, pasamos tiempo en la huerta, reciclamos todo lo reciclable, cocinamos por turnos”. La convocatoria es abierta a todos los religiosos y religiosas –la primera edición contó con todo mujeres excepto los organizadores- con la intención de responder a esa búsqueda de formas de vida consagrada acorde a la situación que se vive hoy en el mundo, en particular a lo sostenible, lo solidario y lo saludable. “Algunas de las participantes ya llevan un valioso recorrido en estos terrenos: el compromiso solidario, la participación en grupos de consumo ecológicos, los hábitos de vida saludables”, explica.
El hecho de que la Fundación INEA, José Eizaguirre y Vicente Felipe organicen este encuentro para religiosos y religiosas se explica porque la Vida Consagrada “ha sido experta en crear estilos de vida deliberadamente organizados para dar respuesta, desde la pasión por Dios y por el Reino, a las necesidades de tiempos y lugares”, explica Eizaguirre. “Pues bien, hoy tenemos ante nuestros ojos la urgente necesidad de aprender a vivir de otra manera, pues vemos que esta forma de vida occidental-consumista está teniendo repercusiones tremendamente negativas en otras sociedades, en el medio ambiente e incluso en la propia salud corporal y espiritual de las personas”. Para Vicente Felipe en este aspecto es donde radica la novedad de este encuentro: “Descubrir las nuevas dimensiones del voto de pobreza que nos plantea el necesario cuidado de la creación”.
El día a día se organiza con sesiones de formación y talleres y cada jornada refleja el compromiso ecológico y solidario haciendo realidad el respeto a la naturaleza. La finca INEA es el entorno más propicio para cumplir con este compromiso por cuanto que proporciona productos frescos, recién cogidos del campo. Comparten además la fe en tiempos de oración y eucaristías gracias a lo que se crea una “comunidad temporal de vida consagrada”.