El presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Jesús Díaz Sariego, OP, participó ayer en la Plenaria Extraordinaria de la Conferencia Episcopal, la segunda en lo que va de curso. En su clausura, el presidente de la CEE y arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, le cedió la palabra: «Cuando alguien sufre, siempre hemos de procurar buscar el fondo de verdad que ese sufrimiento trasluce», afirmó Díaz Sariego en el comienzo de su discurso.
«La Iglesia, precisamente por su solidaridad con el sufrimiento y con aquellas personas que sufren, viene trabajando desde hace varios años todo lo relativo a los abusos sexuales a menores», explicó el Prior de los Dominicos de la Provincia de Hispania. «Y hoy es un día en el que la Iglesia, en su conjunto, da un paso grande en España», añadió.
Trabajo en Comunión
En esta sesión extraordinaria de la Asamblea Plenaria de la CEE, se aprobaron por unanimidad las Líneas de Trabajo de las Instituciones Católicas en España en materia de abusos sexuales, donde se incluye el Plan de Reparación Integral a las Víctimas de Abusos sexuales a menores y personas equiparadas en derecho (conocido como plan PRIVA).
Estos documentos son fruto de un trabajo conjunto entre la CEE y la CONFER, que ha contado también con la participación y valoración de víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. «Hemos ido dando ese paso de discernimiento en común para que las soluciones que proponemos, y para que también el trabajo con aquellos que más sufren, especialmente con las víctimas, sea más efectivo», explicó el presidente de los religiosos en España.
Con las víctimas
Uno de los aspectos esenciales de todo este trabajo realizado en conjunto ha sido poner a las personas que sufren en el centro: «El objetivo no lo hemos perdido, el objetivo son las víctimas», argumentó. «Ellas son el centro de nuestro trabajo, de nuestro discernimiento, de nuestro apoyo, de nuestro acompañamiento», señaló el presidente de la CONFER.
Este paso de la CONFER y la CEE es el camino a seguir, conscientes de que «aún queda mucho trabajo por hacer». «Pero ya partimos de una de una base muy desarrollada y sobre todo, muy vivida en comunión«, concluyó la intervención.