El departamento de Justicia y Misión de la CONFER aboga por construir sociedades más inclusivas y humanas

Día del Migrante y el Refugiado 2024

En un contexto global donde las fronteras se cierran y los discursos de odio proliferan, la Iglesia se ha erigido como un faro de esperanza para aquellos que se ven forzados a abandonar sus hogares, perseguidos por la guerra, la pobreza, y las catástrofes naturales.

Este 29 de septiembre se celebra la 110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, bajo el lema “Dios camina con Su pueblo”, lema que resonará con fuerza en medio de las crecientes crisis migratorias que sacuden al mundo.

Llamada a la acción

Somos una Iglesia en salida que acoge, protege y promueve. Para nosotros, religiosos y laicos, este lema no es solo una declaración, sino una llamada a la acción concreta que se ha venido implementando al ofrecer refugio y asistencia a quienes se encuentran en las fronteras, no solo territoriales, sino las fronteras del abandono y la desesperanza, trabajando desde nuestras parroquias y diócesis de toda España.

Se realizan acciones que incluyen desde la acogida inmediata en centros de atención hasta en programas de formación y empleo. Éstas buscan integrar a estas personas en la sociedad, a pesar de que la hostilidad, el racismo y los discursos de odio han aumentado en varios sectores de la vida pública y política, haciendo que estas personas sean víctimas de discriminación racial y xenofobia en vez de ser vistas como una oportunidad de desarrollo social y mutuo.

Ser parte activa de la solución

Desde la CONFER, luchamos por romper las narrativas negativas y recordamos que cada persona tiene un rostro, una historia y un sueño. Su presencia en nuestra casa común es una ocasión para construir sociedades más inclusivas y humanas, esfuerzo que no solo busca satisfacer las necesidades inmediatas, como el alimento y el techo, sino también promover la integración de ellas en sus nuevas sociedades, a través de la educación, el acceso a la salud, el empleo digno y la protección frente a la explotación.

El papa recuerda en esta jornada que Dios nunca abandona a las personas migradas y refugiadas, sino que las acompaña en su difícil camino hacia una vida digna. Este día es una ocasión para reflexionar sobre el papel de cada uno en la protección y promoción de los derechos de todas las personas migradas, pero también una oportunidad para que la Iglesia refuerce su compromiso pastoral hacia quienes sufren a causa de la exclusión y la falta de oportunidades.

Desde el departamento de Justicia y Misión de la CONFER ponemos sobre la mesa que no basta con ser espectadores. Cada cristiano, cada ser humano, está llamado a ser parte activa de la solución.

Compartir:

Related Posts

Scroll al inicio