Madrid, 17 de abril de 2018 (IVICON).- El área de Formación de CONFER junto al equipo del Centro Médico-Psicólogico ofrecen dos propuestas de trabajo en grupo para acompañantes y formadores de la Vida Religiosa que se desarrollan a lo largo de todo el año, de modo cíclico, con inscripción abierta continua. Esto supone que los interesados se pueden matricular en cualquier momento e incorporarse a los grupos para cumplimentar las sesis sesiones de cuatro horas a las que da derecho la inscripción.
Sólo se requiere un compromiso de permanencia en el grupo de, al menos, 6 meses.
Las fechas para 2019 se publicarán después del verano.
Grupo de trabajo para formadores
El Grupo de trabajo para Formadores será facilitado por Almudena Olivares, del Centro médico-psicólogico de CONFER, y tiene como objetivo ofrecer a los miembros de los equipos de Formación de los institutos religiosos la posibilidad de trabajar sobre las dificultades con las que se encuentran en su tarea, profundizando en un marco más personalizado, desde el cual presentar una mayor comprensión y una búsqueda activa de soluciones para situaciones como las alteraciones emocionales, los apegos desordenados, las dependencias o la falta de motivación, entre otros. Los encuentros serán mensuales, de cuatro horas durante -inicialmente- una mañana, y en grupos reducidos de 5 a 12 participantes, con metodología activa de participación y exposición de casos complejos para el trabajo conjunto y asesoramiento individual si fuera necesario.
Por su parte, el Grupo de Supervisión para Acompañantes ofrece seguimiento en grupo, facilitado por Beatriz Arescurrinaga, del Centro Médico-Psicológico, en sesiones mensuales de cuatro horas y con un máximo de 10 miembros. En cada sesión, dos de los acompañantes presentarán un caso cada uno y todo el grupo trabajará sobre ellos. El Centro médico-psicológico puede proporcionar también sesiones de supervisión individual, si alguno de los acompañantes lo demanda.
En este espacio de supervisión se trabajará fundamentalmente sobre el acompañante espiritual, buscando no sólo mejorar sus habilidades como acompañante (escucha, discernimiento, capacidad de acompañar la oración en diferentes etapas, sensibilidad a la presencia del Espíritu…) sino también sobre su experiencia interna: su libertad interior, sus miedos, su vulnerabilidad, sus atascos, sus áreas necesitadas de crecimiento o conversión… para llegar a ser mejor herramienta del Espíritu.