Benedicto XVI proclamará el domingo dos nuevos doctores de la Iglesia

Madrid, 5 de octubre de 2012 (IVICON).- El próximo domingo, día 7 de octubre, a las 9:30 y coincidiendo con la apertura del Sínodo de los Obispos, el Papa Benedicto XVI presidirá una Eucaristía en la plaza de San Pedro del Vaticano, en la que proclamará a san Juan de Ávila y santa Hildegarda de Bingen «Doctores de la Iglesia».

Son muchos los actos organizados para celebrar esta importante efeméride para la Iglesia de España. Comenzarán mañana sábado a las 18 horas con una Vigilia de oración preparatoria en la Basílica de Santa María la Mayor. El domingo, a las 9:30 h se celebrará la Eucaristía, y el lunes, 8 de octubre, a las 10 de la mañana, el Presidente de la Conferencia Episcopal presidirá la Eucaristía de Acción de Gracias en la Basílica de San Pedro.

Miles de personas, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos acudirán desde España a todos estos actos.

San Juan de Ávila, sacerdote y escritor ascético patrono del clero español, se unirá a otros grandes doctores de la Iglesia nacidos en España, como san Isidoro de Sevilla (560-636), santa Teresa de Jesús (1515-1582) y san Juan de la Cruz (1542-1591).

El Papa también proclamará doctora de la Iglesia a Santa Hildegarda una monja benedictina en el corazón de la Edad Media alemana, auténtica maestra de Teología y profunda estudiosa de las ciencias naturales y de la música.

Biografía de San Juan de Ávila

San Juan de Ávila nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el día la Epifanía, 6 de enero de 1499 ó 1500 y murió en Montilla (Córdoba), el 10 de mayo de 1569.

Comenzó los estudios de Leyes en la Universidad de Salamanca, pero los abandonó al concluir el cuarto curso debido a una profunda experiencia de conversión. Con el propósito de hacerse sacerdote y marchar después como misionero a las Indias, en 1520 fue a estudiar Artes y Teología a la Universidad de Alcalá, recién fundada por el Cardenal Cisneros y abierta a las diversas corrientes del humanismo renacentista. En 1526, recibió la ordenación de presbítero y celebró la primera Misa solemne en la parroquia de su pueblo. Para  festejar su sacerdocio, invitó a su mesa a 12 pobres y decidió vender su cuantiosa fortuna procedente de las minas de plata que poseía la familia y darlo todo a los más necesitados.

Tuvo relación con grandes santos como santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz, san Ignacio de Loyola, san Francisco de Borja, santo Tomás de Villanueva, san Juan de Ribera o san Pedro de Alcántara, entre otros.

Llevó una vida intensa, dedicada particularmente a la oración, a la predicación y a la formación específica de quienes se preparaban para el sacerdocio.

Cabe destacar su dedicación a la gente sencilla junto con la fundación varios colegios para la formación de los niños y jóvenes. El Maestro Ávila fundó incluso una Universidad, la de Baeza (Jaén), que durante siglos fue un destacado referente para la cualificada formación de los sacerdotes.

San Juan de Ávila fue declarado patrono del clero secular español en 1946 por Pío XII y canonizado en 1970 por Pablo VI.

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