Madrid, 15 de septiembre de 2021 (IVICON); El silencio y los sonidos de la naturaleza acompañan a Iñigo a lo largo de su experiencia de conversión y así lo transmite Imanol Rayo (Pamplona, 1984) en esta película producida por Lamia producciones y con Javier Godino como único intérprete que se estrena el 27 de septiembre en Loyola (con el aforo ya completo), uno de los escenarios del proceso de conversión de quién se convertiría en San Ignacio de Loyola.
“La película condensa la idea de que el primer paso se da hacia dentro y en silencio”, asegura el director. Imanol Rayo, que firma también el guion del largometraje, decidió centrarse en la conversión de Ignacio tras la experiencia del confinamiento que nos obligó a vivir la pandemia: “Salvando las distancias, había similitudes con lo que Iñigo de Loyola vivió 500 años antes. Un individuo, personaje de acción, que lleva una actividad incesante, cambia radicalmente de ritmo a causa de la convalecencia que le lleva a estar encerrado durante un tiempo”.
Una transformación que el director plasma llevando al extremo elementos cinematográficos que ya había tanteado en anteriores películas: un único personaje, sin diálogos, recreando su mundo externo a través de los sonidos, usando la luz natural, y con la cámara como espectador pasivo y testigo mudo de los hechos que transcurren.
Se trata de un proyecto muy personal, a pesar de que Imanol Rayo no había tenido vinculación con la Compañía de Jesús hasta empezar a preparar el proyecto. “Mi acercamiento es externo”, afirma, “desde la inquietud que le genera al artista el hacer preguntas, que es lo que en última instancia creo que debe hacer el arte”.
Su voluntad ha sido tratar este tema lejos de la mirada histórica. El público no encontrará, pues, en ella un biopic de Ignacio, sino un retrato del movimiento interno del personaje, que se plasma mediante un ritmo pausado y sosegado. Una película que queda lejos del circuito comercial, “completamente libre de ataduras y al margen de todo”, como la define el propio autor. También así ha sido el proceso de realización. “Rodábamos a toma única, sin saber qué nos íbamos a encontrar”, asegura. Tras el confinamiento y en plena naturaleza, “nos motivó a todos a verlo con ojos nuevos”.
El estreno de “Iñigo” en Loyola forma parte de los actos de Ignatius500, el Año Ignaciano con el que recordamos la experiencia que transformó para siempre a Ignacio, tras caer herido en Pamplona en mayo de 1521. Un contratiempo que golpeó su vida de forma momentánea y que dio lugar a un proceso de cambio y superación.
La Compañía de Jesús acoge el estreno de esta película con agradecimiento por la posibilidad que nos ofrece de acompañar a Iñigo en el inicio de esta experiencia de conversión.
El aforo para el acto de estreno de la película ya está completo.
