Madrid, 5 de febrero de 2024 (IVICON); El 4 de febrero ha tenido lugar el Día Internacional de la Fraternidad Humana proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución aprobada el 21 de diciembre de 2020.
La declaración titulada “La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia”, que firmaron conjuntamente el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Jeque Ahmad al-Tayyib, el 19 de febrero de 2019, es el modelo que inspira la proclamación de este día como invitación a trabajar por la solidaridad humana y la unión de todos como una sola familia humana.
Mensaje del papa
Este domingo, el papa ha enviado un mensaje al secretario general del Premio Zayed por la Fraternidad Humana a través del cardenal español Miguel Ángel Ayuso Guixot, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, quien lo ha leído en persona en Abu Dabi. Francisco ha expresado su alegría de que el camino de diálogo, solidaridad y respeto mutuo que comenzó en la capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU) hace cinco años continúe difundiendo la tolerancia, la convivencia y la aceptación de los demás.
El papa Francisco ha elogiado asimismo los esfuerzos continuos y el apoyo ilimitado del Presidente, Su Alteza el Jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan y de Su Eminencia Dr. Ahmed Al-Tayeb, Gran Imán de Al-Azhar y Presidente del Consejo Musulmán de Ancianos, por sus invaluables iniciativas.
El objetivo de la labor que llevan a cabo es promover los valores de la fraternidad humana, la solidaridad social y la comprensión de que los seres humanos no sólo son iguales sino que están interconectados como hermanos y hermanas dentro de una familia humana.
Igualmente a enfatizado que lograr la fraternidad humana requiere reconocer la importancia de la igualdad entre las personas y promover la tolerancia y la convivencia pacífica.
Siguiendo el n.285 de la encíclica Fratelli Tutti, que refiere esta declaración, se destacan las siguientes ideas clave:
· Las religiones, en sus enseñanzas, nos hacen un llamamiento de paz, justicia y fraternidad. “No incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre”. Estas situaciones provienen de desviaciones doctrinales y politización de las religiones.
· Todas las personas, en su diversidad y pluralidad, son creadas por Dios y tienen iguales derechos, deberes y dignidad. Son llamadas a convivir como hermanos entre ellos, poblar la tierra y difundir los valores del bien, la caridad y la paz.
· En nombre de la fraternidad dañada y violentada, de los pueblos y personas que sufren y son víctimas por ello, y en nombre de la fraternidad humana que abraza a todos los hombres y los hace iguales, se asume “la cultura del diálogo como camino, la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio”.
De esta misma encíclica recogemos la Oración al Creador:
Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas. Amén.